sábado

Barcos de niños dulces

Mi piel se rellenaba con agua & barquitos de niños dulces.
Mi cama me corrompía la virginidad desde el último piso de mis sueños líquidos.
Estaba descalza sintiendo el frío que llegaba tarde.
Estaba sin espaldas que rasgar o piernas que empujar de mi colchón.
Desde mi sueño vieía a un hombre con camisa blanca, contándome cuentos.
Pero no regresaba de ahí, & permanecí sentada con cuentos hasta la garganta.
Soñé un árbol & escaleras viejas, soñé que no subía.
Del árbol reventaban besos
de las escaleras revenataba mi hermana con sus ampollitas de caminar descalza.
Reventaba mi hermana en carcajadas.
No tengo más tiempo para esto, para no soñar.
Preferiría estar embarazada & tejer suetercitos amarillos.
Preferiría no-olvidar.


Tengo un nuevo alfabeto.
"Alfabeto de Roberto que tiene pensamientos sexys de Sara".
Iré a almorzar. O a cazar. O a saltar.
"Esto es un Asalto. Dáme tu mochila llena de nada"

La muerte alegre

Soñé que me caía. O caí de la cama & de alguna manera llegué a la parada del camión.
Anoche leía recostada en las piernas frías de O; & hoy amanezco con ésta frase. No puedo dejar de repetirla; como esas canciones que te aprendes & al día siguientes cantas, todo el día, la misma frase, la misma línea:

en ésta noche rara que tanto me has mirado
la muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso

Sé que es de César Vallejo, sin embargo, quisiera recordar cómo llegó & cómo ha permanecido en mi mente, así de completa.

miércoles

Gato

Desperté imaginandome un gato.
Que yo era el gato, claro.
No claro; negro, cómo los que no le gustan a mi madre.
& ella dijo más tarde: ¡cállense! parecen gatos.
Lo cual me aturdió más que la sensación de amanecer gato.
¿Escuchó mis maullidos?
¿mis ojos se rasgaron?

Puedo decir que soñé que caminaba,
que platicaba luego con E & más tarde bailamos sobre rediles viejos.
Pero sinceramente no recuerdo nada.
Solo la sensación de gato.
A gato mojado que duerme con hipotermia.
Sensación a gato que quiere soñar.

No recuerdo más.

martes

Sol

Caparazón henchido de arena!¡
Me ha imitado un árbol
& la arena se tragó a un drogadicto.
¡Púdrete pinche sol! injuriaste.
& el sol se tornó en fruto seco sin semillas
para luego comenzar a gotear
& apestar los neumáticos de un hombre presuroso.
Soñé que dormía & soñaba
que mal-viajaba la muerte del drogadicto
& regresaba del sol.
Caparazón henchido de arena!¡
Hueco colmado de arenas sin granos
El paisaje era un caparazón
& mi cama era una playa.
El árbol desaparecía en el regreso
podrido del día al otro día.
Ya es de día.

Sueño, aún sin tener sueño, que duermo & sueño;
que regresaba del sol.

lunes

De Sueños & Pesadillas

La insostenible tarea de guardar los sueños, deviene en la insostenible faena de tener acceso a internet. Guardarme los sueños, para después venderlos por kilo o regalarlos a cada peatón. La faena de convertirme en sueño antes de abrir los ojos, tumbada a las orillas de mi cama, es más que un disertar; es un brotar, como barros sulfurosos en los rostros de los adolescentes que no tienen ojos. Mi sueño comenzó.


Pita, mi hermana menor, salió corriendo de la sala donde veíamos el televisor apagado. De dónde surgió o de dónde venía, no recuerdo. Sólo gritaba:
¡está lloviendo hermana! ¡está lloviendo!
La lluvia común que cae de los cielos, si es que hay más.
¿Llueve en enero? me preguntaba, pero sin preguntarme. Nadie me esuchó además.
Extendía las manos & se llenaban de agua: como cuando uno se baña & colocando las palmas sobre el estómago, se hace un ruido hueco; con agua pero hueco.


& ya. Del sábado para amanecer lunes.


*Ysika Reño