lunes

De Sueños & Pesadillas

La insostenible tarea de guardar los sueños, deviene en la insostenible faena de tener acceso a internet. Guardarme los sueños, para después venderlos por kilo o regalarlos a cada peatón. La faena de convertirme en sueño antes de abrir los ojos, tumbada a las orillas de mi cama, es más que un disertar; es un brotar, como barros sulfurosos en los rostros de los adolescentes que no tienen ojos. Mi sueño comenzó.


Pita, mi hermana menor, salió corriendo de la sala donde veíamos el televisor apagado. De dónde surgió o de dónde venía, no recuerdo. Sólo gritaba:
¡está lloviendo hermana! ¡está lloviendo!
La lluvia común que cae de los cielos, si es que hay más.
¿Llueve en enero? me preguntaba, pero sin preguntarme. Nadie me esuchó además.
Extendía las manos & se llenaban de agua: como cuando uno se baña & colocando las palmas sobre el estómago, se hace un ruido hueco; con agua pero hueco.


& ya. Del sábado para amanecer lunes.


*Ysika Reño

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